En este espacio de intercambio de ideas estamos a favor del derecho de todas las personas a pensar y expresar sus puntos de vista, opiniones, posturas y propuestas con una libertad sin otro límite que el respeto a la libertad y la dignidad de los demás. No hace falta decir que esto incluye el desacuerdo, el disenso y hasta la oposición respecto a las ideas ajenas.
Lo anterior abarca, naturalmente, el derecho de agruparnos, debatir y manifestarnos en la vía pública, pacíficamente y teniendo en consideración los derechos de todos.
En este espacio de reflexión y abierto al diálogo apoyamos la marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) ante la reforma propuesta por el mandatario federal, a nuestro juicio una amenaza indiscutible contra la incipiente democracia de nuestro país, que tanto ha costado construir y mantener.
Con esto en mente, no solo nos parecen inaceptables los insultos y descalificaciones que durante esta semana ha prodigado el titular del ejecutivo contra quienes estamos a favor de la marcha, sino que nos causa una profunda desazón ser testigos de lo bajo que ha caído la política en México y de lo raída que está la investidura de quien debería ser factor de negociación, alcance de acuerdos, concordia y unión. No hay ni de lejos un estadista al frente del Estado.
La verdad es que estos exabruptos no nos ofenden. Las cosas como de quien vienen. Pero sí nos preocupan porque son una forma de violencia, disfrazada de dato sociológico o histórico, o de lo que sea, pero son violencia pura y dura. Y la realidad ha demostrado, desde que tenemos memoria como especie, que la violencia genera más violencia en una espiral que nadie sabe dónde puede terminar. ¿Qué cuento nos vendrán a contar si un loco decide atentar contra un manifestante solo porque le pareció ver en él al monstruo/enemigo que cada mañana le dijeron que era?
Así, los insultos son una forma de amenaza más o menos velada, un instrumento de intimidación.
Si este domingo 13 va a haber en la manifestación deshonestos, corruptos, racistas y todo eso que se dijo, pues que se pruebe y se pida cuentas a quien corresponda, pero no se califique de una forma tan irresponsable y con tanta bajeza a los muchos miles que acudirán.
Llama la atención sobre todo la insistencia obsesiva en la palabra racistas. No solo es un recurso increíblemente gacho, tramposo al extremo, sino que es una incitación a la violencia. El tema de la marcha es otro y este es un asunto particularmente delicado con el que nadie debe jugar. Cuidado con los adjetivos, que no son palabras de las que se lleva el viento.
Mañana en la movilización veremos a personas de todos tipos, edades, antecedentes y condiciones. Una gran diversidad, como la de la sociedad. Y aunque seguramente habrá objetivos e ideas comunes a una parte considerable de la concurrencia, cada cabeza llevará instaladas las intenciones, conceptos y creencias producto de su historia particular. Iguales pero distintos, siempre únicos, porque la homogeneidad no cuadra ni a los borregos. La diversidad es muy buena cuando se puede dialogar, y en el espacio de la sociedad cabemos todos por más que quieran polarizarnos y enemistarnos. Vivir en democracia es difícil, y más cuando se arrastran los problemas que traemos colgados los mexicanos, pero el autoritarismo siempre será peor. Y que nos llamen como quieran…
El insulto es el detritus de un sistema que digiere mal los desechos que recoge en un ambiente que no entiende.
Ver también:
“Todo lo que necesitas conocer sobre la marcha en defensa del INE”. En El economista.
“Suman 22 ciudades que tendrán marcha para defender al INE”. En Expansión.
“"Que se manifiesten donde quieran": Monreal pide respeto para la marcha en defensa del INE.” En Proceso.
“La Marcha por la Democracia no lo deja dormir”. En la Silla Rota. Sobre los insultos.
Viejo, viejísimo truco el de cosificar/deshumanizar al contrario para que la agresión en su contra sea fácil. No golpeo (o peor) a personas: me deshago de racistas, de oligarcas, de deshonestos. Provocó lo visceral muy por encima de lo racional. Basura levantada, provocador nato, eso es el que cobra como presidente.
¡Fue cosa de verse!
desde la marcha de antes de la pandemia del 8M no había visto tanta gente, tan de buenas y sin insultos, ¡vaya! ni basura dejamos... Es un honor estar con todas las personas que a pesar de diferencias políticas estamos por la libertad y el respeto. Si, ciertamente el INE tiene muchas fallas y cosas que arreglar, pero no "a modo" y menos ahorita.
Gracias como siempre