¿Crees que tu perro te entiende? ¡Tienes razón!
Es común que quienes han tenido alguna forma de convivencia con animales, sobre todo si pertenecen al prestigiado segmento de amantes de los animales, afirmen categóricamente que no sólo es posible la comunicación con mascotas, animales de compañía e incluso ganado, sino normal y común. “Entienden más de lo que creemos”, me explicaba alguna vez un amigo veterinario refiriéndose a los mamíferos y las aves en general, “y conforme los vas conociendo algunos se las ingenian para hacerse entender por ti, como cuando lo perros te piden comida”.
“Resulta perfectamente concebible que un humano y su perro tengan más en común (preferencias, comprensión, grado de conocimiento mutuo, forma de responder a ciertos acontecimientos) que esa persona con cualquiera de sus vecinos.”
E.M. Animales habladores.
No hay animales en mi entorno (el más cercano es Toni, el perro de mi hermana Ángeles) y no soy animal lover (de hecho, evito comer en restaurantes que admiten perros), pero los animales siempre me han llamado la atención, sobre todo los que se mantienen a distancia, en sus hábitats naturales y con cierta libertad. En nosotros hay mucho de ellos. Conociéndolos nos conocemos, respetándolos nos respetamos.
Antes de leer Animales habladores tenía más o menos claro que nos podemos comunicar con ellos. Ahora no solo estoy seguro de que eso es posible sino maravillado por los alcances de la comunicación entre los animales y de ellos con los seres humanos, sobre todo por lo que implica en términos de inteligencia (de ellos).
“Si deseamos decir algo significativo sobre el lenguaje de otros, debemos estudiar las prácticas dentro de las cuales se utiliza este. Si los otros, animales o humanos, nos resultan incomprensibles, no es porque su mente o sus pensamientos sean inaccesibles. Es porque no estamos familiarizados con sus hábitos y costumbres, ni con el resto de los aspectos que confieren sentido al hecho de vivir juntos.”
E.M. Animales habladores.
Este es un libro fascinante, pero no hay que esperar de él un rollo facilón, básicamente especulativo y basado solo en anécdotas. Al contrario, es un texto muy bien fundamentado teóricamente (que nadie se asuste, no es un libro de teoría), sobre todo en materia de comunicación, con referencias que soportan bien todas las afirmaciones y planteamientos de la autora, e impecablemente organizado. Tiene muchos ejemplos anecdóticos, casi todos bastante divertidos.
Sobre todo, es un libro de lo más recomendable. En lo personal me ha cambiado la forma de entender a los animales y nuestras relaciones con ellos. Estoy, de hecho, pensando si ponerlo como lectura obligatoria para mis alumnos de comunicación.
Vamos dejando a un lado el buenismo de rescatador de perritos y gatitos para enfocarnos en una sociedad de convivencia respetuosa y mutuamente enriquecedora con el reino animal.
Comentario final. Con Toni me entiendo de maravilla, es un camarada de primera.
Meijer, E. (2022). Animales habladores. Conversaciones privadas entre seres vivos. Barcelona: Taurus. Edición de Kindle.
Ver también:
Animales políticos: si los perros piensan, ¿por qué no pueden tener voz? El País. 30 ago 2022
Pensar como las bestias: nuevas miradas sobre la inteligencia animal. El País. 14 abril 2023.
¿Cinco sentidos? ¿Nada más?
Metidos en el tema de los mamíferos no humanos, las aves, reptiles e insectos y sus interacciones con sus entornos y con otros seres, encontramos un fantástico libro sobre los sentidos de los animales y sus respectivos Umwelt, o campos perceptuales.
Cada especie, nosotros incluidos, vive en un mundo diferente a los de las demás especies, porque cada una desarrolló sus capacidades sensoriales conforme sus necesidades evolutivas a los largo de millones de años. Hasta hace poco se pensaba que los animales tenían sentidos equivalentes a los de los humanos y por lo mismo percibían mejor o peor, pero a partir de mecanismos parecidos.
“Nuestro Umwelt también es limitado, solo que a nosotros no nos lo parece. Desde nuestra perspectiva lo abarca todo. No conocemos otra cosa y por eso nos resulta tan fácil caer en el error de pensar que no hay nada más que conocer. Pero se trata de una ilusión que, además, compartimos todos los animales.”
E.Y. La inmensidad del mundo
Ahora se empieza a entender cómo y en qué medida es que las capacidades perceptuales de los animales son distintas a las nuestras y nos estamos dando cuenta de que ni siquiera los perros y gatos o aves de compañía de casa que tan bien conocemos viven en realidades parecidas a las que imaginábamos.
“Encontraremos escarabajos que se sienten atraídos por el fuego; tortugas que pueden rastrear los campos magnéticos de la Tierra; peces que llenan los ríos con mensajes eléctricos; humanos que tienen sonares al igual que los murciélagos; y plantas que vibran con las canciones inaudibles de cortejo de los insectos. Aprenderemos qué ven las abejas en las flores, qué escuchan los pájaros en sus melodías y qué huelen los perros en la calle. Leeremos las historias de los descubrimientos fundamentales del área y anticiparemos qué misterios quedan aún sin resolver.”
De la sinopsis de la editorial
La inmensidad del mundo es un trabajo fascinante.
Yong, Ed. (2023). La inmensidad del mundo. México: Ediciones Urano. Edición Kindle.
Honestamente me sorprendes, Salvador. Nunca te concebí perruno, doglover, etc. Más bien lo contrario. ahora me resulta que ni el dueño de Rin Tin Tin era tan canófilo como tú. En fin. Mis hijos cada uno tiene su perra, hecha a su medida, muy femenina o masculina (brusca, ruda). Ambas un encanto. Sí platico con ellas. Lola inclina la cabeza y parece que me pone más atención que el 99% de los humanos. Un amigo le había enseñado unas 70 palabras a su perro. Las entendía todas.
Tienes una pecera instalada aquí en mi casa ( que es la tuya ). Cuando tengas ganas, vienes a sentarte a verla. El café está incluido. ¡Un abrazo grande Salvador querido!
¡Ah! Y me lanzo en este mismo instante a comprar los libros que mencionas.