Por un año propicio
Para nuestros lectores y amigos:
Del lat. proposĭtum
Estamos a unas cuantas horas de que venza el plazo último razonable para tener terminada la lista de propósitos correspondiente a 2023. No hay prórroga. Con la duodécima campanada comienza el año y a partir de entonces podrán formularse propósitos para los siguientes doce meses pero ya no contarán como de año nuevo. Quizá parezca una sutileza irrelevante pero de ningún modo lo es porque se trataría de una entrega fuera de tiempo. Clara procrastinación. Mal empezaríamos…
En lo personal no me planteo propósitos de comienzo de año por diversas razones que no viene al caso comentar aquí. Sin embargo, he visto siempre con mucho interés lo que hacen otros en esta línea, además de que desde tiempos remotos participo en procesos de planeación en empresas y es inevitable la conexión entre ambos ejercicios.
Por eso, y con el desparpajo que permiten las canas, me tomo la libertad de hacer unas cuantas sugerencias para quienes todavía no tengan su lista de propósitos terminada o quieran revisarla. Espero que resulte de utilidad.
Limita tus propósitos a cinco, y si pueden ser menos tanto mejor. Así, tu culpa y las explicaciones que tengas que dar por no cumplirlos serán menores. De cualquier forma, menos cantidad te ayudará a enfocarte en lo esencial.
Redáctalos como los planes del gobierno, con ambigüedades que te permitan explicar casi cualquier resultado en el marco de tu propósito. Por ejemplo, no te plantees “alcanzar mi peso ideal de 60 kilos antes de octubre” sino “reducir significativamente el efecto de la gravedad en mi persona de manera perceptible con posterioridad a las fiestas patrias”.
Deja los KPIs, deadlines, project management software, y demás instrumentos de destrucción de tu salud mental para tu trabajo. Salvo que seas un obsesivo del orden o que de plano tan poco disciplinado que necesites soportes para ir avanzando, es mejor que enfoques tus propósitos con flexibilidad, relajado y ánimo de pasarlo bien.
A menos de que el logro de algunos de tus propósitos dependa del respaldo de otra persona, más vale no compartir la lista. Hay quienes dicen que socializarla aumenta el compromiso y con ello las probabilidades de éxito, pero no estoy tan seguro, y menos en la cultura mexicana donde entre decir y hacer las brechas suelen ser inmensas sin que a nadie le importe demasiado. En cambio, si no cumples algún propósito puede que alguien lo recuerde y use la información para molestarte o perjudicarte.
Los propósitos cuyo alcance depende de la acción de otros deben plantearse entre todos los involucrados, con compromisos incluidos, o descartarse. Si se trata de más de tres personas en total, olvídalo.
En general, no te plantees nada que abarque factores sobre los que no tienes control. Cosas como “conseguir el amor de mi vecina”, “lograr un puesto de dirección en la Secretaría de Educación” (sin conocer a nadie, por puros méritos), “duplicar mis ingresos”, “volverme influencer” o “poner en ceros mis tarjetas” probablemente te llevarán al fracaso y acarrearán frustración. Sé realista.
Hace 15 años, por estas fechas, propuse una alternativa que no captó la menor atención. Hoy la retomo porque me sigue pareciendo aplicable y útil.
“Consiste en hacerse sólo un propósito -sólo uno- pero muy firmemente: no hacer propósitos para este año. O sea, para que quede bien claro, que el propósito es no hacer propósitos. Suena a paradoja pero no importa, es perfectamente posible.
Si uno se propone no proponerse nada, a las 12 de la noche de 31 de diciembre habrá logrado su propósito, podrá sentir la inmensa -pero efímera y un poco estúpida, la verdad sea dicha- satisfacción de ¡por fin! haber cumplido un propósito de año nuevo, y quedará en condiciones de enfocar su atención, de ahí en adelante, en cosas más interesantes y productivas.
Recuerda: un propósito = cero propósitos. Dejémonos de cosas y simplemente tratemos, día tras día durante todo (2023), de ser tan felices como podamos.”
Actualización (31/12/202)
Readers Share Their 2023 Resolutions
Al día siguiente de la publicación de esta entrada, un colaborador de The Atlantic publicó una nota divertida sobre las resoluciones de año nuevo que algunos de su lectores compartieron con él.
¡buena balconeada!
Muchas gracias (creo) por incluir mis oscuros pensamientos. Y es, según tus sabios consejos, lo suficientemente ambiguo para que no me meta en problemas.
Y, como siempre, te agradezco la sonrisa que me provoca tu acostumbrada ironía.
Tu propósito me gusta mucho "seamos tan felices como podamos"